Dos años antes del comienzo de la II Guerra Mundial, el ejército japonés continúa su inagotable avance a través de todo el noroeste de China al dictado de los deseos expansionistas del emperador. En la ciudad de Nankin, que se halla bajo el control de los japoneses, el buscavidas norteamericano JohnMiller, un maquillador de cadáveres, se convierte en inesperado protector de un grupo de alumnas de un convento y de las prostitutas de un burdel cercano, refugiados en una iglesia católica.
Zhang Yimou es un director de cine de culto chino que forma parte de la quinta generación de cineastas del país asiático, surgida después de la Revolución Cultural de Mao Tse-Tung junto a otros realizadores como Huang Jianxin, Tian Zhuangzhuang o Hu Mei, que disfrutaron de una era de aperturismo y de expansión internacional. Su objetivo no es otro que plasmar en imágenes la guerra chino-japonesa, partiendo de la estremecedora matanza de Nankín, acontecida en 1937. El cineasta adapta la novela de Geling Yan, quien señaló: “Las mujeres son siempre las mayores víctimas de cualquier guerra, y también más fuertes y fiables que los hombres”.